lunes, diciembre 05, 2016

LA PUTA DEL FIN DEL MUNDO.



Volviendo hace unos meses de Denia por la antigua carretera nacional, al pasar por el tramo que une Gata de Gorgos y Benisa, donde la carretera discurre encajonada en lo que debió de ser un antiguo barranco, en las ruinas de lo que fue una cantera de grava, sentada en una silla de plástico y bajo una sombrilla de playa, una mujer vendía su cuerpo. He visto mujeres prostituyéndose en los lugares más variopintos pero ese se llevaba la palma. En un secarral castigado por el sol de agosto, en medio de la más absoluta nada, aquella mujer ofrecía su cuerpo a los conductores, posiblemente por una miseria para poder mal ganarse la vida. Instintivamente, al verla en aquel remoto lugar, me dije “parece la puta del fin del mundo”
Esta imagen me ha venido hoy a la cabeza cuando he leído la noticia de que una pobre chica ha muerto ahogada en el interior de un club de alterne, totalmente sola y quien sabe en que circunstancias.
La chica, de 26 años había venido de Rumanía para tratar de mejorar su vida y ha acabado perdiéndola trepada sobre la barra del establecimiento, luchando por respirar y absolutamente sola. Dado mi miedo a morir ahogado no puedo imaginar un final más terrible que este y me pregunto que hacía en aquel lugar a las 11:30 de la mañana. Tal vez debía trabajar mañana, tarde y parte de la noche para poder pagar una deuda con algún proxeneta desalmado que la trajo engañada con falsas promesas. Quizá no tenía otro techo que el de este cutre semisótano. Puede que durmiera en la misma cama por donde habían pasado un sin numero de hombres y el agua la sorprendiera tratando de conciliar un mal sueño. Tal vez se sepa, tal vez no.
La cuestión es que la codicia de unos y la lujuria de otros han acabado con la vida de esta chica en plena juventud.

Como dijo Jack Muni en “Sin Perdón” - Cuando matas a una persona no solo le quitas lo que es, le quitas lo que podría haber llegado a ser-.