lunes, noviembre 24, 2014

ESPAÑA S.A. (País En venta)



"El sueño hace tiempo que ha acabado y estamos cada día despertando a la peor de las pesadillas".

 En el año 2000, el Partido Popular, libre ya de las ataduras de los nacionalistas y merced a una mayoría absoluta que ni ellos mismos hubieran pensado, se preparó para tomar al asalto el país y esquilmarlo hasta la hez para llenar los bolsillos de sus dirigentes y de todos aquellos “empresarios” que los habían ayudado a llegar al gobierno.

  Mediante una astuta y sigilosa labor, políticos, familiares, amigos de estos, conocidos de algo, empresarios de toda laya y gentuza de la más variada condición, entraron como elefante en cacharrería en gobiernos, autonomías, cajas de ahorro, alcaldías, cámaras de comercio, diputaciones, delegaciones de gobierno, cabildos, empresas públicas y participadas, ONGs, etc… y durante  casi tres lustros se dedicaron a robar a manos llenas hasta que se les salían los millones por los paraísos fiscales, dejando el país en ruinas y a los ciudadanos en pelotas.

  En lugar de ejercer como vigilante oposición, el PSOE se apuntó al carro del latrocinio y sus dirigentes en todo tipo de gobierno, desde el congreso al más diminuto ayuntamiento, al grito de
"tonto el último", rivalizaron con los populares en ver quien robaba más y mejor, haciendo de su feudo andaluz una suerte de cueva de Alí Babá, donde el que no robaba era un Gil. Así pues, la veda del robo a gran escala quedó abierta y en Suiza los cajeros tuvieron que dar clases de español (y de catalán en la intimidad) por que no daban a basto.

  Ahora, cuando ya no queda por robar ni el alpiste del canario y la gente está pasando verdadera penuria, desahuciada de las casas que no pueden pagar, con suicidios diarios, niños con hambre y frío y ningún atisbo de mejoría en el horizonte, surge un grupo de personas que consiguen aglutinar el hastío y el hartazgo de la sociedad al que las encuestas le dan unos resultados impensables hace tan solo seis meses, toda esta caterva de chorizos y mangantes, le ven las orejas al lobo, contemplan la posibilidad real de perder todos los privilegios que se han otorgado durante estos últimos años y les entra  el canguelo y empiezan, por una parte, a prometer la luna envuelta en papel de celofán y, por otro a enmierdar a aquellos que loe pueden apear de su dorado pedestal y enviarlos como poco, al paro y como mucho a la cárcel.


 Pues yo les digo, ¡bien, señores! Harto de ver todas las mañanas al levantarme el erial que nos han dejado y las sinvergonzonerías que cada día saltan a las noticias, creo que ha llegado el momento que nosotros, los de abajo, los que no hemos hecho otra cosa que levantarnos cada día y tratar de cumplir con nuestro trabajo, que no hemos tenido ni sobres, ni tarjetas Black, ni puestos en consejos de administración. Nosotros que hemos llegado a casa por la noche, cansados, pero con la conciencia bien limpia y que para nuestra desgracia hemos comprobado que no nos ha servido de nada por que muchos estamos en el paro y sin un duro que llevarnos al bolsillo, hemos decidido que es hora de pegarle a este país un revolcón radical. De sacudir la podrida estructura que han edificado ustedes y sobre la que han creído vivir a salvo, para que toda la podredumbre caiga y vaya a donde debe ir, directa a las cloacas, para que un agua limpia y nueva lave la faz de esta tierra que ustedes han violado y mancillado y  pueda haber un futuro. Ese que ustedes nos han estado robando durante ya demasiado tiempo.